El origen de la violencia contra las mujeres se encuentra en la cultura patriarcal

La UdL inviste doctora honoris causa Shirin Ebadi, Premio Nobel de la Paz 2003, en el marco de los 50 años de los estudios de Derecho en Lleida

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El salón Víctor Siurana acogió el acto de investidura / Jodo: UdL

La abogada y Premio Nobel de la Paz iraní ShirinEbadi, investida hoy doctora honoris causa por la Universitat de Lleida (UdL) por su tarea en la defensa de los derechos humanos, de los derechos de los niños y de las mujeres, ha querido hablar especialmente sobre la violencia de género “teniendo en cuenta que ahora mismo este tema preocupa este país”. “El origen de la violencia contra las mujeres se encuentra en la cultura patriarcal”, ha dicho, “y el principal problema es que las mujeres son transmisoras, de esta cultura”.

Ebadi ha hecho un recorrido por el India, donde conoció mujeres viudas destinadas en un estado de espera permanente de su muerte por el hecho de no tener hombre; Liberia, país en el cual más de la mitad de las mujeres piden la mutilación genital para poderse casar; Italia, donde una media de tres mujeres al día resultan violadas, y Finlandia, donde le regalaron una moneda a la cual le faltaba un trozo correspondiente a un cuarto simbolizando que una mujer cobra un cuarto menos del salario de un hombre para hacer el mismo trabajo. Con estos ejemplos, Shirin Ebadi ha puesto de manifiesto que la desigualdad es presente en todo el mundo y que la cultura patriarcal “es una cultura errónea que no acepta la igualdad entre las personas y que tampoco acepta la democracia en la sociedad”.

“Todo hombre ha sido criado por una madre”, ha explicado la Premio Nobel, y la mujer también es responsable que la cultura patriarcal pase de una generación a la otra, “por eso, el conocimiento y la educación son esenciales”. De este modo, en países como el suyo, donde la religión es relevante, hace falta que la mujer reciba formación, porque “los hombres han interpretado los libros sagrados. Ahora es el momento que lo hagan las mujeres para que nadie haga uso de nuestras creencias para reprimirnos”.

De lo contrario, el rector de la UdL, Roberto Fernández, ha recordado la denuncia reiterada de Ebadi sobre el hecho que “son los gobiernos que violan los derechos de las personas invocando el nombre del Islam los que están abusando del Islam”, y ha destacado la visión que una lectura progresista de la cultura islámica “se enfrentaría con más eficacia a un terrorismo que no es islámico, sino el resultado de la mala educación que crea perjuicios y de la miseria que provocan las grandes desigualdades sociales”. Para Ebadi, ha dicho Fernández, “los derechos humanos no entienden de raza, religión, sexo o cultura. Son valores universales que valen para todas las civilizaciones humanas”.

Por su parte, Núria Camps, profesora de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales y madrina de Shirin Ebadi en el marco de los 50 años de los estudios de Derecho en Lleida, ha manifestado en su laudatio que, “como abogada, jueza, profesora, autora y activista, la suya es una voz clara y valiente en la Irán y también ante el mundo en defensa de valores esenciales como la libertad, la justicia y el respeto, oponiéndose a culturas patriarcales que niegan la igualdad”.

Shirin Ebadi, doctora honoris causa en 25 universidades de todo el mundo, creó el 2001 con otros profesionales de la abogacía el Centro de los Defensores de los Derechos Humanos para ofrecer servicios de asesoramiento legal gratuito a todos aquellos demandados perseguidos por motivos políticos o enviados a prisión por razones ideológicas. A raíz de su cierre el 2008 y perseguida por las autoridades iraníes, inició el camino del exilio por la constante persecución que sufre en su país. Siguiendo su convicción que “la justicia es más que una profesión, es una misión”, ha impulsado la prevención de la violencia contra los niños y el movimiento que exige el fin de la discriminación legal contra las mujeres en la legislación iraní. Entre los reconocimientos que ha recibido, destaca el premio Nobel de la Pau el 2003 “por su sensatez profesional y su valentía”, según subrayó el comité que otorga el galardón.

 

TEXT: Sui Generis Comunicació Creativa